Exposición detallada de los factores que llevaron al nacimiento de la filosofía, con especial insistencia en el proceso de desacralización de la cultura griega
Las creencias religiosas griegas
El periodo arcaico (700 - 500 a.C.) de la civilización griega representa la fecha de nacimiento de la filosofía, pero en su fase inicial fue también el momento en el que se pusieron por escrito los grandes poemas griegos de Homero (Ilíada y Odisea) y Hesíodo Los trabajos y los días).
Con estos textos se consolidó en el mundo griego un fuerte sentimiento religioso común , una religión basada en los mitos y epopeyas. De hecho, la identidad cultural misma de los griegos descansará a partir de este momento sobre este acervo. Ser griego, significará adorar a los dioses del Olimpo y compartir las leyendas en torno a las vicisitudes de sus existencias.
Sin embargo este vasto complejo cultural vendría a ser sacudido y revolucionado por la aparición de una nueva y original forma de pensamiento crítico: la filosofía.
Antes de continuar con nuestro estudio del nacimiento de la filosofía, si estás interesado en este apasionante periodo te recomendamos estos dos magníficos cursos online que abordan, desde un punto de vista académico riguroso, la totalidad de los autores que componen el periodo, desde Tales hasta los albores del periodo clásico con Demócrito.
¡Dos verdaderas joyas que no debes perderte!
Aquí podrás ver uno de los capítulos del curso dedicado, precisamente al factor de la desmoralización en el nacimiento de la filosofía.
POLIS Y DEMOCRACIA
En el periodo arcaico apareció, por primera vez la idea de ciudad o polis como entidad autónoma que toma decisiones en primera persona, decisiones, muchas veces surgidas de la participación directa y de la discusión libre de los ciudadanos.
Los pequeños asentamientos, los pequeños refugios de la Edad Oscura, pasaron a aumentar de tamaño en esta época y comenzaron a interactuar comercial y culutalmente entre ellos. Mediante un proceso conocido como sinecismo (synoikismós) o cohabitación, las comunidades comenzaron a fusionarse para generar polis de gran tamaño. El ejemplo más célebre de todos es el de Atenas. Esta ciudad-estado tuvo su centro incial en la acrópolis, pero se fue extendiendo poco a poco hasta controlar toda la región del ática, es decir, alcanzando más de 2500 km cuadrados.
La estructura política de las polisgriegas fue enormemente variada y compleja: monarquías, aristocracias, tiranías, democracias, partidos políticos, gobiernos constitucionales como el de Solón, pero en todas ellas la ausencia de modelos imperiales facilitó el desarrollo intelectual. El panorama de la época nos demuestra, ante esta inmensa variedad de formas de gobierno, la existencia de un cuestionamiento constante de la gestión de los asuntos públicos. Caminatas a pie y pocos kilómetros separaban un tipo de gobierno de otro y efervescentes laboratorios de ideas se daban por doquier.
Proceso de desacralización
Gracias al nuevo alfabeto las polis griegas eran lugares donde una clase amplia de ciudadanos, muchos de los cuales sabían leer y escribir, discuten sobre cómo estructurar el poder y tomar decisiones importantes de manera óptima. Paralelamente a la desacralización y secularización de la vida pública, se abrió un proceso de desacralización y secularización del saber. En ambos casos ya no se trata de la aplicación y obediencia de leyes divinas. La ley, para los griegos ya no es dadade una vez para siempre, sino que se discute, se busca, una y otra vez y de forma continua.
En las antiguas cosmogonías que forman los mitos fundadores desde Babilonia hasta la teogonía de Hesído, se narra un mundo donde el orden cósmico es estable por la presencia de un gran dios, Marduk o Zeus. Despúes de un largo periodo de confusión y de conflicto el dios triunfa y estabiliza el orden global que es a su vez un orden cósmico, social y moral. En la TeogoníaZeus es el garante de la perpetuación y existencia todas las cosas, incluida la civilización misma.
No obstante, en el momento en el que las ciudades griegas pierden reyes y sacerdores descubren que una comunidad humana altamente civilizada no necesita de un dios-rey para sobrevivir y que por el contrario florece mejor sin ese dios rey, única persona susceptible de errores que, en la deliberación asamblearia y en consejo común pueden evitarse con mayor facilidad. El destino de los hombres ya no está en manos del capricho del faraón sino en el suyo propio. En ese momento la lectura del orden del mundo evoluciona y se libera de la sujeción a los dioses creadores y ordenadores abriéndose a nuevas vías de comprensión.
Concebir estructuras políticas proto-democráticas o tales como la democracia misma de Atenas en la que la filosofía alcanzó su máximo histórico, significa aceptar que las mejores decisiones pueden surgir de la discusión, de esa molesta crítica, del debate entre todos y no de la autoridad de uno solo o de varios. Además, surge la convicción de que todo consenso es temporal, es decir, que si entre todos se ha tomado una decisión política esa esta constantemente abierta a nuevos debates y modificaciones. Aparece en el seno de esta única civilización la idea de que la crítica pública y colectiva de las propuestas es útil para discernir entre la mejor y aplicar así la más adecuada para el futuro del pueblo, frente al secretismo sacerdotal y la confianza en la capacidad de un linaje real.
La base cultural del nacimiento dela filosofía es, pues en muchos sentidos la base del nacimiento de la democracia consistente, en su esencia más profunda, en la creencia en la eficacia de la crítica y el diálogo entre pares.
Comments