Todos los principales filósofos griegos presentados en orden cronológico con un estudio de sus teorías.
La filosofía griega es la etapa más importante, brillante y original de toda la historia del pensamiento occidental.
Durante las tres fases que componen su desarrollo -el periodo arcaico protagonizado por los presocráticos, la época clásica de Sócrates, Platón y Aristóteles y el helenismo con las escuelas empirista y estoica- las teorías desarrolladas por los pensadores griegos abarcaron, literalmente, todas las cuestiones del saber que en el resto la historia serían analizadas por generaciones de pensadores.
Decir que los filósofos griegos son capitales para la historia de la filosofía es quedarse verdaderamente cortos ya que su importancia se contagia a todas las ramas y formas del saber humano.
¡Conozcámoslos!
LOS PRESOCRÁTICOS
La primera etapa de la filosofía fue bautizada a finales del siglo XIX como periodo pre-socrático por aquellos historiadores de la filosofía que consideraron que la figura de Sócrates era tan importante, tan determinante, que había marcado un antes y un después en el pensamiento occidental.
Por tanto, los presocráticos serían todos aquellos filósofos que vivieron con anterioridad a Sócrates quien nació en Atenas en el año 470 a.C.
Los presocráticos de la primera etapa, a los que propiamente podríamos llamar mejor
"físicos milesios" fueron:
Tales de Mileto
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Tales de Mileto (624 -546 a.C.) es la figura más enigmática y emblemática de la filosofía ya que representa su nacimiento.
Comerciante milesio, viajero y conocedor del pensamiento oriental y de otras visiones del mundo más allá de su propia cultura natal, Tales reflexionó sobre la estructura física del mundo natural.
A pesar de que su herencia religiosa mitológica daba explicación al origen y la configuración actual del mundo, Tales consideró que tales narraciones eran inadecuadas siendo imprescindible proponer una visión distinta.
La crítica y la ruptura con lo tradicional fue el primer rasgo de la filosofía, una tendencia que la marcará para siempre.
La teoría de Tales consistió en considerar el agua como base material de todo lo que existe.
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Anaximandro
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El segundo filósofo de la historia fue Anaximandro (610- 545 a.C), discípulo y amigo de Tales que convivió y aprendió de él en Mileto. No obstante Anaximandro hizo algo muy propio del verdadero filósofo: no tomó la palabra de su maestro como dogma incuestionable, sino que criticó su teoría señalando que no era el agua sino el ápeiron (una materia indefinida) el sustrato subyacente de toda la realidad.
Los filósofos se diferenciarán precisamente por exigir a cada nueva generación la revisión de las ideas anteriores. Sin piedad y sin importar quién las ha planteado. Ninguna teoría es sagrada o intocable.
Este es el rechazo del dogmatismo y la autoridad propias de la filosofía.
Anaxímenes
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El tercero de los físicos milesios fue Anaxímenes (590 -525a.C) quien replanteó desde cero las propuestas físicas de sus dos maestros proponiendo como sustrato básico de toda la realidad el aire.
Anaxímenes consideraba que sólo una sustancia tan sutil como el aire podía transformarse en todas las demás, dando lugar a la inmensa variedad de formas y tipos de seres que pueblan el universo.
Pitágoras
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Pitágoras de Samos (560 -475a.C) representa un cambio radical en el rumbo de la recién nacida filosofía porque este enigmático personaje no sólo se limitó a reflexionar racionalmente -y fuera de los márgenes de la tradición cultural de su momento- acerca de la estructura física de la realidad sino que, además, combinó sus teorías filosóficas con la creación de una secta o religión.
Los pitagóricos han sido pensadores especialmente influyentes en la historia y, sobre todo, en la ciencia occidental ya que fueron los primeros en establecer la tesis de que la naturaleza tiene una estructura matemática.
Heráclito
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El penúltimo de los presocráticos de la primera fase del pensamiento griego fue Heráclito (540 - 489a.C) apodado no sin poco acierto:
"el oscuro".
Heráclito desarrolló un pensamiento marcado por la ironía, la ambigüedad y la crítica a la política y el saber de su época.
Su obra, escrita en forma de aforismos o frases breves, sigue siendo igualmente interesante y vibrante hoy en día.
Destacan también sus duras críticas a la religión así como su consideración del cambio y el movimiento como la verdadera forma de ser de la naturaleza.
Es decir, el cosmos como totalidad no es una estructura estable en ninguno de sus puntos espaciales o temporales, según Heràclito.
Todo lo que existe está en constante transformación, todo está ininterrumpidamente naciendo, envejeciendo, muriendo y transformándose.
Pero un universo de esta naturaleza es algo en sí mismo incognoscible. Es decir, si todo cambia constantemente, si no hay quietud ni definición, en cuanto conozcamos algo, ese "algo" ya habrá cambiado.
El cosmos heraclíteo es como la mente humana que jamás descansa, que nunca permanece estática en un pensamiento: un río que fluye incansablemente en el que jamás nos podremos bañar dos veces.
Parménides
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Parménides de Elea simboliza el contrapunto de Heráclito y el final de la primera gran fase de la filosofía presocrática.
En su famoso Poema -del cual lamentablemente sólo conservamos unos pocos fragmentos- en el que una misteriosa diosa se le revela para hablarle de la verdad, Parménides sostiene que el movimiento no existe.
Mediante una complejísima demostración lógica, el eléata niega la existencia de la propiedad por antonomasia de lo natural: el cambio.
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La segunda etapa de la filosofía presocrática representa igualmente un periodo de inmensa originalidad ya que en ella se establecieron las líneas maestras de algunas de las teorías físicas más importantes de la historia occidental que han inspirado a lo largo de los siglos a los grandes científicos, llegando hasta nuestros días.
Empédocles
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Empédocles de Agrigento (495-444 a.C), nacido en la bellísima isla de Sicilia, fue el creador del concepto de elemento material.
En su teoría defiende que la naturaleza está constituida no por uno -como era el caso del agua de Tales o el aire de Anaxímenes- sino por cuatro elementos inalterables (también llamados raíces) que, en su combinación en diferentes proporciones, dan lugar a la miríada de seres que pueblan el cosmos.
Es decir, todo lo que existe, según Empédocles -incluidos los dioses- está hecho de lo mismo: los elementos materiales aire, agua, tierra y fuego.
¿En qué se diferencia un gato de un árbol o el gran Zeus de una tarta de manzana, en la teoría de Empédocles?
Desde el punto de vista material en nada porque están hechos de los mismos elementos. Lo único que les diferencia es la distribución y proporción relativa de cada uno de ellos en sus cuerpos.
Sin duda una teoría muy innovadora que inspiró a todas las generaciones venideras de filósofos de la naturaleza.
Anaxágoras
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Anaxágoras (500-428 a.C) tomó la idea de Empédocles pero consideró que era necesario mejorarla.
Cuatro elementos no bastaban, en su opinión, para explicar toda la vasta variedad del cosmos. La visión de Empédocles era demasiado simple.
De ahí que, según Anaxágoras, todo lo que existe está hecho de la combinación de, no cuatro, sino infinitos tipos de elementos a los que Aristóteles posteriormente llamó homeomerías.
Leucipo y Demócito
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Los últimos dos grandísimos pensadores de la segunda fase de la filosofía presocrática fueron Leucipo y Demócrito.
En el caso del primero la oscuridad se cierne sobre su biografía hasta tal punto que muchos especialistas han llegado a afirmar que no existió. Que fue un mero invento de Demócrito para atribuir a una autoridad anterior sus polémicas y peligrosas teorías.
¿Pero qué había en la física de Demócrito que fuera tan revolucionario que prefiriera no reconocer su autoría completa?
Según Demócrito la naturaleza es sencillamente una mezcla de materia inerte, movimiento y azar. Estos tres ingredientes bastan para crear nuestro universo sin ser en absoluto necesaria la atribución de la creación de la realidad a los dioses.
Descubre a los grandes físicos de la Antigüedad
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Un excelente repaso -apoyado en la lectura de fragmentos originales- por el pensamiento de la segunda generación de los presocrático.
EL PERIODO CLÁSICO
Sócrates
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Llegamos por fin al autor al que le fue concedido el honor de dar nombre a la división en dos de toda la historia de la filosofía.
Si los pensadores que le le precedieron fueron los presocráticos, los que le siguieron ¿fueron todos socráticos?...
¿lo seguimos siendo hoy?
¿Qué hizo, qué dijo, este ateniense rebelde que detestaba ir calzado y cuya muerte provocada por la ingesta voluntaria de cicuta se convirtió en un símbolo de rebeldía y libertad para los siglos venideros?
En primer lugar, es importante aclarar que no sabemos lo que dijo ya que Sócrates no nos dejó ningún texto escrito. Todo lo que conservamos de su pensamiento se lo debemos al relato de sus contemporáneos, especialmente a Platón.
No obstante no debemos tomar los escritos de Platón como crónicas fieles de lo dicho y hecho por su maestro Sócrates ya que se trata de obras literarias que recrean y, muchas veces inventan, situaciones con el fin de crear un ambiente propicio para exponer una determinada teoría.
Según han establecido los especialistas, en los diáolgos aporéticos de juventud de Platón encontraríamos los rastros más auténticos del verdadero Sócrates.
El rasgo principal del pensamiento socrático es el uso de la mayéutica (el diálogo) y la ironía para hacer reconocer a sus interlocutores, y al lector que está disfrutando de sus palabras, su propia ignorancia.
Sólo reconociendo nuestra absoluta falta de verdades, nuestra desorientación radical en el mundo, podremos comenzar a construir el camino hacia una vida digna y feliz.
"El autoengaño y la ignorancia son, según Sócrates, los dos peores males que acechan a la humanidad."
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Platón
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El segundo gran protagonista periodo clásico griego, uno de los más grandes e influyentes pensadores occidentales, fue Platon discípulo más querido de Sócrates y fundador de la Academia, escuela filosófica que se mantuvo abierta durante más de 800 años.
Resumir el pensamiento de Platón en unas pocas palabras es, literalmente imposible. Una falta de respeto, una ofensa a su genialidad.
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Aristóteles
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El tercer pensador clásico complementa la tríada de la grandeza filosófica. Alumno brillante de Platón al que su maestro llamaba “la luz de mi Academia” es el único pensador que podría hacer sombra a Platón.
Con una inteligencia que desborda cualquier intento de calificación, Aristóteles es el padre de algunas de las ciencias e ideas que apuntalan lo más profundo de la civilización occidental.
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Diógenes de Sínope
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Con Diógenes llegamos al ocaso del periodo clásico griego. La democracia comienza a derrumbarse al igual que lo viejos ideales que sustentaban el sueño griego.
La crítica más cortante, áspera y sincera contra el modelo social y político de una sociedad brillante, opulenta y poderosa por fuera, pero profundamente enferma por dentro, marca el pensamiento de Diógenes, conocido como el Perro celeste, el gran cínico.
HELENISMO
La última fase de la filosofía griega es el helenismo, periodo cuyos rasgos fundamentales derivan esencialmente de la transformación del mundo griego en un imperio bajo el mando de Alejandro Magno.
El estoicismo y el epicureísmo son las dos últimas grandes corrientes filosóficas que dejarán su huella en el pensamiento posterior.
El estoicismo influyó profundamente el periodo medieval mientras que el epicureísmo fue recuperado durante el Renacimiento pasando a convertirse en uno de los resortes que canalizaron la gran revitalización moderna de la filosofía.
Dra. Ana Minecan
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