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Historia de la ciencia: Mesopotamia y Egipto

Actualizado: 21 mar 2019

Explicación detallada y rigurosa de los desarrollos científicos llevados a cabo en las culturas fluviales de Mesopotamia y Egipto


 

Mesopotamia y Egipto: las culturas fluviales


 

En torno al año 3000 antes de nuestra era aparecieron las primeras civilizaciones urbanas en los valles del Éufrates, el Tigris y el Nilo dando lugar a las dos civilizaciones más grandes e importantes de la antigüedad: Mesopotamia y Egipto.

Ambas culturas, con sus diferencias propias presentaron similitudes en lo que respecta a nuestra investigación acerca del comienzo de la ciencia.



 

Antes de continuar con nuestro estudio de la ciencia en Mesopotamia y Egipto, si estás interesado en la Historia de la Ciencia, te recomendamos este excelente curso online en el que, en su primera parte, se estudia en detalle toda la etapa de desarrollo proto-científico desarrollado en las culturas fluviales, Grecia, Roma, la Edad Media y el Renacimiento, hasta llegar a la revolución científica.


¡Una verdadera joya que no debes perderte!



Aquí os dejamos una de las sesiones del curso dedicada, precisamente al estudio de la ciencia en Mesopotamia que puede verse en abierto.



 


En las primeras etapas de la historia, que se desarrollaron en el seno de estas civilizaciones, no existían, evidentemente ciencias diferenciadas o disciplinas científicas equiparables a las que se dan hoy en día, pero sí es posible identificar, desde épocas muy tempranas, a los llamados “guardianes del conocimiento” agrupados en comunidades organizadas.


En todas las culturas arcaicas es posible encontrar la figura de los funcionarios, sacerdotes o escribas encargados de salvaguardar el conocimiento así como la aparición de diversos tipos de colectivos de artesanos e ingenieros agrupados según sus diversas capacidades. Por tanto, al igual que ocurre en nuestros días, si bien los efectos, los productos de la ciencia eran públicos, los individuos dedicados a ella conforman colectividades separadas, diferenciadas cuyos métodos de trabajo y técnicas específicas eran desconocidas por la mayoría.




La creación de elites, de jerarquías sociales diferenciadas no por el poder militar o por la riqueza, sino por el conocimiento es un fenómeno muy temprano en la humanidad y muestra el germen de esa actividad que buscamos. Frente al soldado, al campesino, al rey e incluso frente al sacerdote aparece el sabio.

No olvidemos que el término ciencia viene de scire, que indica saber. Toda la carga metodológica experimental que nosotros damos al término es muy posterior en el tiempo. De momento, quedémonos con el valor que comienza a darse a algo abstracto, a algo poco tangible como el conocimiento.



 

Teoría vs Práctica


 

Desde muy temprano apareció también una clara diferenciación entre los sabios/científicos y los prácticos o artesanos distinguidos por su dedicación al análisis teórico de la realidad o a su modificación práctica. La teoría recibirá siempre una consideración más elevada siendo comúnmente considerado el trabajo de la mano algo indigno y propio de clases inferiores. Esta concepción de la relación cognoscitiva del hombre con su entorno en la que se privilegia la teoría se mantuvo vigente en la cultura occidental hasta el siglo XVI y fue precisamente la Revolución Científica la que cambió los cánones al respecto introduciendo en el método la experimentación material.


La primacía de lo teórico se encuentra claramente expuesta en un papiro egipcio datado en torno al año 1100 a.C.


“Pon la escritura en tu corazón a fin de protegerte del duro trabajo de cualquier tipo, convirtiéndote en un magistrado de elevada reputación. El escriba se ve libre de toda tarea manual; él es el que manda. He visto al trabajador del metal manos a la obra en la boca de su horno con los dedos como un cocodrilo. Hedía pero que la freza del pescado. Nunca he visto que se encargara una comisión a un herrero, que se nombrase embajador a un fundidor.”


Aparece así la primera y más primitiva distinción entre ciencia y tecnología. Entre la capacidad de conocer la verdad y el orden de la naturaleza por medio de la razón y la de simplemente modificarla para nuestro beneficio si bien no sepamos casi nada acerca de sus mecanismos. El conocedor de la verdad, de las causasde las cosasserá aquel que ocupe una jerarquía superior al que no conoce las causas y simplemente ejecuta sus órdenes. La misma idea, defensora a ultranza de la teoría la encontramos en Aristóteles (Metafísica) y en la Edad Media profundamente introspectiva y alejada al máximo en su vertiente intelectual del contacto físico con el mundo.




 

Contexto institucional y creación de escuelas


 

La existencia de escribas-sacerdotes-sabios implicaba, a su vez, necesariamente la existencia de un contexto institucionalconstituido en torno a reinos y cortes, lugares de culto y aglomeraciones urbanas desde los que emanaba la demanda de los oficios teóricos más elevados dedicados al estudio del tiempo, los cielos, la naturaleza o la medicina que hasta bien entrada la modernidad no era un actividad basada en el análisis fisiológico del cuerpo. De hecho, los encargados de la momificación tenían un conocimiento mucho más preciso del cuerpo humano que los médicos egipcios no habiendo entre ellos apenas comunicación de conocimientos.


Pero si la existencia de los primeros proto-científicos exigió, en primer lugar, un contexto civilizatorio estable para poder comenzar a comprender la naturaleza, en segundo lugar apareció el problema de la acumulación y difusión de ese conocimiento. Si bien, en muchos casos los contenidos eran secretos, propiedad exclusiva de un grupo o casta dominante, era necesario asegurar su difusión por medio de escuelaspara que no se agotara en una sola generación.


Así, todo avance científico necesita instituciones educativasque actúan como puntos de almacenamiento, consulta y enseñanza del saber. Todos los periodos de la historia en los que se han destruido o han desaparecido los centros de estudio han significado una involución o detención en el progreso científico.

Durante el periodo griego las dos grandes instituciones educativas fueron la Academia de Platón que se mantuvo abierta 8 siglos, y en la que se educaron personajes tan ilustres como Cicerón, y el Liceo de Aristóteles. Durante la Alta Edad Media el protagonismo intelectual de Europa estuvo en mano de las Bayit al hikma,madrasas o casas de la sabiduría árabes y en las escuelas monacales menos desarrolladas en occidente que finalmente desembocaron en la creación de las universidades en el siglo XIII, cunas de la ciencia moderna.


Así, siempre que hablamos de ciencia o de proto-ciencia hemos de hablar de escuelasen las que se transmite el saber, en la que se forman científicos según unos cánones destinados a conocer, mantener y difundir esos conocimientos. Pero las instituciones tienen siempre un doble filo y la academia o escuela significa por un lado protección y por el otro dogmatismo. El afán por mantener intactos y transmitir un corpusteórico permitió la conservación pero cercenó en muchos casos el progreso. Tal como veremos a lo largo del curso, los grandes padres de la ciencia moderna desarrollaron sus trabajos y propuestas fuera de las universidades que, si bien habían permitido la salida de la oscuridad medieval, se habían trasformado rápidamente en ambientes que rechazaban toda propuesta innovadora.


La construcción y el mantenimiento de centros de estudio y personas liberadas y dedicadas exclusivamente al saber implicaba un inmenso gasto económico para sociedades que lindaban con la supervivencia, de ahí que la existencia de este tipo de funcionarios y de centros de aprendizaje exige, en tercer lugar, la toma de conciencia de la posesión de un conocimiento precioso y valioso de una enorme importancia para el contexto.

La escritura

La primera y más importante aportación de las culturas fluviales a la humanidad fue el desarrollo de la escritura. El lenguaje y la comunicación del mismo constituyó, tal como veremos, uno de los pilares principales del desarrollo de la Revolución científica.


Los primeros registros sumerios datan aproximadamente del año 3000 a.C y en ellos se recoge únicamente información acerca de los productos que entraban o salían de los almacenes de los templos. Más tarde, tanto el sistema numérico como la escritura pictográfica se tornaron convencionales desarrollándose una tradición escrita que empezaba a tratar otras cosas como las matemáticas, astronomía, medicina, historia, mitología y religión.




 

Creación de registros


 

La escritura transforma la memoria individual y colectiva, crea patrimonios culturales muy diferentes a los de la cultura oral y, lo que es más importante para una actividad como la ciencia, permite acumular información. La ciencia moderna se caracterizará precisamente por la enorme importancia que ofrecerá al lenguaje, a su precisión, a la comparación y cotejo de los datos y a la creación de grandes registrosde datos físicos, biológicos, geológicos y botánicos. El conocimiento del lenguaje técnico específico y la posibilidad o no de acceder a la información será aquello que distinga al sabio/científico del común de los mortales.


La invención de la escritura estuvo además relacionada con un intento de clasificación de la realidad. Del periodo sumerio conservamos tablillas que contienen larguísimas listas que describen objetos, nombres de planas y animales domésticos y salvajes, clasificaciones de personas, nombres geográficos, de estrellas y dioses.


La clasificación y el registroimplica la posibilidad por parte del hombre de conocer más y mejor la realidad que lo rodea, un optimismo epistemológico, que considera que los relatos religiosos no son suficientes para la vida sino que hay saber más allá de la religión.



 

Desarrollo de códigos: protocolos y leyes


 

De entre los vestigios mesopotámicos más significativos que han sobrevivido al paso del tiempo destaca el famoso código de Hammurabi, estela en la que se registra, por orden del rey Hammurabi, un extenso código jurídico común en el que pretendía unificar los diferentes códigos existentes en las ciudades del imperio babilónico. La existencia de este y otros códigos escritosnos muestra otras tres características que heredará la ciencia en su estado maduro.


1. La búsqueda de leyes universales capaces de explicar el modo en el que está regulada la realidad.


2. El intento de unificación de todas las leyes, de simplificación de la diversidad en explicaciones sencillas, generales y abstractas que sean aplicables en todo momento y lugar.


3. Diseño de protocolos de actuación reglada que deben ser universalmente aplicables. (Todos deben operar de la misma forma, no hay métodos particulares para impartir justicia o para hacer ciencia.)



 

La adivinación


 

De las culturas egipcia y, especialmente, mesopotámica – rasgo heredado posteriormente por griegos y romanos- nos quedan también pruebas de su enorme interés por la adivinación. La obsesión por la predicción del futuroestuvo mucho más acentuada en Mesopotamia que en Egipto. Mientras que el Nilo tenía un comportamiento previsible y regular a lo largo de los años, hecho que permitía planificar el futuro y controlar las cosechas, el Tigris y el Éufrates seguían ciclos completamente impredecibles de grandes inundaciones y sequías.


La adivinación, aunque parezca extraño representa uno de las raíces fundamentales de la ciencia ya que refleja una de sus deseos capitales, su más alta aspiración. Ambas actividades, ciencia y adivinación demuestran obsesión por lograr predecir el futuro, el decurso de los acontecimientos que van a darse, basándose en los registros y en las leyes extraídas a partir de su estudio que se esperan regulares y universales. Predicciones, en ambos casos se usa la misma expresión, respecto al clima, la salud o los procesos naturales.

El estudio de las profecías fue un inmenso acicate para la medicina, la numerología y la astronomía.



 

Matemáticas


 

Las matemáticas y la astronomía fueron los saberes que más se desarrollaron en Mesopotamia y que hoy se consideran el legado más influyente sobre la ciencia. Los sumerios desarrollaron dos sistemas de numeraciónque fueron adoptados por las culturas posteriores y que llegan hasta nuestros días, el sistema de numeración de base decimal y el sistema sexagesimal. Estos pueblos tan antiguos conocieron además lo que posteriormente llamaremos teoremas fundamentales de la geometría que se atribuyen a Tales y a Pitágoras. Antes del año 2500 a.C los sumerios habían construido tablas de multiplicar que empleaban para determinar las áreas de los campos y para la estimación de volúmenes de cosas como ladrillos.


Para calcular el área del círculo dieron a Pi el valor de 3. Desarrollaron las fracciones, ecuaciones cuadráticas y cúbicas.


Lamatematización de la naturaleza, es decir, la aplicación de las matemáticas para el conocimiento de la realidad resumida en la famosa frase de Galileo “El gran libro del mundo está escrito en caracteres matemáticos” constituye otro de los rasgos principales de la Revolución científica. Idea que hoy nos parece absolutamente natural y adecuada pero que no fue aceptada a lo largo de la historia con tanta facilidad. Aristóteles negaba la utilidad de las matemáticas para el conocimiento del mundo físico considerando que estas son un invento de la mente humana que no tienen por qué tener relación con el mundo exterior. Curiosamente hallamos apoyo matemático en los autores más místicos, en pensadores que combinan religión, ciencia y filosofía tales como Platón o Pitágoras. Tuvieron que pasar muchas cosas en la historia occidental para que se aceptara a las matemáticas como la vía privilegiada para describir la naturaleza.

Astronomía


Los egipcios, pero sobre todo los babilonios, fueron además atentos observadores de los cielos y dejaron tras de sí numerosos registros astronómicos. Los pueblos asentados en Mesopotamia llegaron a conocer los cielos con un detalle muy sorprendente, lo que sin duda se debió a la acumulación de milenios de observación astronómica inducida por su fuerte motivación religiosa astrológica. Sus meticulosas y valiosísimas observaciones requirieron tiempo, organización y registros. No obstante, los babilonios introdujeron una innovación más para el lento camino hacia la ciencia moderna, a saber, la construcción de edificios e instrumentos destinados específicamente a mejorar la calidad de las observaciones astronómicas.

En lo que hace a las edificaciones, que requieren nuevamente un enorme esfuerzo económico, los babilonios elevaron zigurats. Edificaciones que no sólo formaban parte del paisaje urbano de sus ciudades sino que ocupaban lugares centrales y privilegiados. El más famoso fue el zigurat de siete pisos y 91 metros de altura, la famosa torre de Babel, cuya construcción fue ordenada por Asurbanipal. Los siete escalones del zigurat, según cuenta Heródoto, estaban vestidos con ladrillos vidriados de siete colores que representaban los siete planetas.


Hemos heredado de la cultura mesopotámica la división del año en meses, la organización del mes en semanasde siete días, seguramente por referencia a los siete planetas y la división del día en dos partes de doce horas, y la hora, a su vez en minutos y segundo sexagesimales. Asimismo los babilonios describieron el movimiento oscilatorio anual del sol por el firmamento observando que al cabo de un número determinado de días el punto del ocaso vuelve a su situación original. El recorrido del sol a lo largo del año sobre la esfera celeste recibe el nombre de eclíptica y sobre ella en un margen de unos pocos grados aparecen, después del ocaso solar, por el este un tipo de estrellas llamadas helíacas. Si se anotan las estrellas helíacas se observa que el sol va recorriendo una sucesión fija de constelaciones o de agrupaciones de estrellas conocida como banda zodiacal. Esta faja de la esfera celeste fue dividida en sectores. Cada uno de los sectores estaba dominado por una constelación. Los llamados signos del zodíaco que hoy conocemos tienen su origen en esos segmentos en los que fue dirigida, los nombres cambiaron pero la idea se mantuvo.


La observación de las estrellas helíacas aportó a los babilonios conocimiento sobre un grupo muy interesante formado por unas poquitas estrellas que cambiaban su posición respecto de las demás a lo largo de los días pero que se mantenían siempre en la franja zodiacal. Eran cinco y les dieron el nombre de planetas. Llamaron tanto la atención de los astrólogos por su anómalo movimiento que merecieron un estudio especial. Conservamos tablillas del segundo mileno a. C. escritas en el reinado de Amisaduga donde se recogen las posiciones de Venus como estrella privilegiada.



 

Una mirada al cielo


 

En el desarrollo de la ciencia moderna la astronomía tuvo igualmente un papel capital, toda la revolución científica comienza con una mirada hacia el cielo. Fue el movimiento de los planetas y no ninguna otro objeto o rama de la ciencia el que llevó a la humanidad a entrar en una nueva etapa que desemboca en nuestros días. Una mirada a las errantes, a las estrellas y a la vía láctea que hoy casi nunca vemos que nos acompañará a lo largo del curso con Copérnico, Kepler y Newton. Porque los tres cambiaron el mundo mirando al cielo e intentando explicar los planetas.



 

Ciencia y Pseudociencia: el criterio de la utilidad


 

Ya en Mesopotamia aparecen los primeros intentos de demarcación de la ciencia (lo que nosotros estamos intentando hacer en esta primera clase), es decir, del ámbito de aquello que debe ser tomado como científico y lo que no, idea también crucial en el nacimiento de la ciencia moderna que, como veremos, en sus primeras fases se centró de forma casi exclusiva en combatir el pensamiento mítico y supersticioso distinguiendo claramente qué debía ser tenido por ciencia y cómo debía desarrollarse un conocimiento con nuevas garantías. Francis Bacon y Descartes dedicaron gran parte de su labor filosófica específicamente a demarcar el ámbito de las ciencias y de lo que hoy llamaríamos pseudo-ciencias o falsas ciencias.

Tal demarcación es extremadamente importante ya que si la ciencia es aquella actividad que ofrece conocimientos valiosos tanto a nivel individual como comunitario, en ella deberán invertirse las riquezas delas sociedades, de ahí que saber qué es ciencia y qué no es importante para no despilfarrar los recursos. Así, la diferencia entre ciencias y pseudociencias comenzó a dibujarse desde muy temprano basándose, al igual que veremos que ocurrió en la modernidad, sobre todo en el criterio de utilidad. En el código de Hammurabi se hace mención a las penas que deben aplicarse a los cirujanos y médicos fraudulentos que no poseían conocimientos para hacer sus operaciones. Sabemos que en el siglo VII a.C los médicos ya tenían que prestar juramento para poder ejercer como tales.


Dra. Ana Minecan



Cita esta entrada: Minecan, Ana Maria C., Historia de la ciencia: Egipto y Mesopotamia, Blog www.anaminecan.com; Recuperado de: https://www.anaminecan.com/blog/historia-ciencia-mesopotamia-egipto



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