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Los presocráticos: Anaximandro de Mileto

Actualizado: 19 oct 2021

Análisis detallado de la teoría física propuesta por el segundo gran pensador presocratico, Anaximandro de Mileto, y comentario filosófico de los fragmentos conservados


Anaximandro


Anaximandro de Mileto -que vivió aproximadamente entre el 610 y el 545 a.C- era aproximadamente unos 11 años más joven que Tales y según los datos disponibles sabemos que fue discípulo suyo. Al igual que ocurre con su maestro, lamentablemente no conservamos ninguna de sus obras completas. Sin embargo, la tradición le atribuye cuatro libros que nos permiten constatar que Anaximandro compartió el interés por los mismos problemas que su maestro, aunque, como veremos, no su solución.


Sobre la naturaleza,

Descripción de la tierra,

Las estrellas fijas,

La esfera (celeste).


 

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La visión de la naturaleza de Anaximandro


Anaximandro continuó la estela filosófica abierta por su maestro Tales introduciendo un conjunto de modificaciones completamente innovadoras. Según nos relatan los textos conservados, parece que lo que a Anaximandro no le convenció de la teoría de su maestro fue la apuesta por el elemento concreto agua, como archéo principio generador subyacente de toda la realidad. Recordemos que, en esta etapa la filosofía, estaba centrada en responder dos preguntas fundamentales:



¿Desde donde y cuándo surgió todo lo que existe?

¿De qué está hecho todo lo que existe?


A la primera pregunta, que hace referencia al origen espacio-temporal del cosmos, la respuesta unánime de todos los presocráticos fue la eternidad. El universo no empezó a existir en un momento determinado del tiempo anterior al cual no había nada ni tampoco dejará de existir en un tiempo t, después del cual no habrá nada. Es decir, para los griegos no hay ni creación absoluta desde la nada ni aniquilación absoluta o retorno a la nada. La razón que les llevó a sostener, de forma unánime, esta teoría – que como bien sabemos no fue compartida por la religión que dominaría 1000 años Europa, es de carácter lógico.


Una explicación lógica

Para entender su propuesta debemos comprender, en primer lugar, el significado de los términos. Tal como dijimos en la sesión anterior, esta es una tarea fundamental de la filosofía: un esfuerzo lingüístico por emplear términos unívocos cuyo significado esté completamente claro en la teoría. Por ello, y para no discutir en vano, primero hemos de realizar la labor de definición terminológica.

Universo/cosmos: con el término universo los griegos se referían de forma abreviada a todo lo que existe. Es decir, en primer lugar, dividían lógicamente la realidad entre:

- Las cosas que existen o son: a este conjunto lo llamaban SER

- Las cosas que no existen o no son: a este conjunto lo llamaban NADA

Por tanto, el universo es simplemente un término más para referirse a lo que técnicamente en filosofía antigua llamamos el SER, es decir, todo lo que existe.





Si el universo, que es todo lo que existe, no fuera eterno, ello quiere decir que ha surgido en un momento determinado. Pero si fuera del universo no hay nada, ello nos lleva a concluir que el universo ha surgido de la nada, de lo que no es.

Pero la nada, nada es, nada hace, nada produce, no tiene cualidades y no puede ser origen de nada. Estamos hablando de nada absoluta, no de un Dios que opera sobre la nada como en el cristianismo.

Así, como de la nada, nada puede surgir, entonces, siempre ha habido SER, que se ha ido transformando, cambiando, evolucionando, pero siempre ha habido ser, de ahí que los griegos concluyeran la eternidad del universo.



La composición material del universo

Por tanto, a la respuesta, de dónde o cuándo surgió el universo, la respuesta fue la eternidad. En segundo lugar, a la pregunta por la materia que lo compone, Tales contestó señalando el elemento agua, afirmación que no gustó a Anaximandro quien sustituyó el agua por el ápeiron. ¿Qué significa ápeiron?

En la sesión anterior habíamos dicho que los filósofos presocráticos eran materialistas, que todos ellos habían elegido elementos materiales sensibles para explicar la estructura de la realidad. Pero si bien todos sabemos qué es el agua, ninguno de nosotros sabe exactamente qué es el ápeironni nunca hemos visto un ápeiron. Parece que Anaximandro hace referencia a una sustancia rara que no hemos percibido jamás con nuestros sentidos.

Este misterioso concepto, constituye, sin embargo, uno de los más importantes de la filosofía de la naturaleza y tendrá una inmensa relevancia en el pensamiento filosófico posterior.

Ápeiron significa, literalmente, ilimitado o indeterminado. Es decir, según Anaximandro, el archéo principio material subyacente de la realidad es una sustancia sin determinaciones, sin límites en el sentido de propiedades definitorias fijas.



¿Por qué el ápeiron? El problema de la teoría de Tales

Cabe preguntarse ahora por qué Anaximandro decidió elegir una sustancia indeterminada para explicar la naturaleza, por qué decidió contradecir a su maestro. La respuesta debe estar necesariamente en a línea de lo visto hasta ahora y estar movida por un deseo de explicar mejor la realidad.

Según Anaximandro la teoría de Tales tenía un problema fundamental y es que el principio subyacente de todo lo que es no puede coincidir con ninguna de las materias particulares, es decir, con ninguna de aquellas materias poseedoras de una naturaleza definida. ¿Por qué?

Si nada surge de la nada y si todo lo que existe de forma definida posee unas propiedades determinadas, no es lógicamente posible que algo que se define como agua, pueda dar lugar, sin más, a todo lo que existe, incluso a cosas que poseen propiedades totalmente opuestas como el fuego.

O bien el fuego brota de la nada, cosa declarada imposible, o no se explica cómo algo que tiene las propiedades X pueda surgir, sin más, de algo que tiene las propiedades Z.



Lo definido, aquello que posee propiedades limitadas, no puede perder sin más su definición y adquirir otra forma, comportándose de modo contrario a su naturaleza. De ello se sigue, según Anaximandro, la necesidad de que el primer principio de la realidad no sea una sustancia concreta como el agua, sino una de carácter indefinido. Es decir, una sustancia que en sí misma no sea nada concreto pero que virtualmente sea capaz de convertirse en cualquiera de las cosas que existen. Necesitamos, para explicar el mundo natural una materia prima o protomateria que mediante procesos de definición que deberemos explicar, pueda transformarse en aire, agua, carne, madera...etc.

Unificación, toda la aparente diversidad que existe tiene que poder explicarse por medio de una materia única y común que constituirá el fondo físico de la naturaleza.

Ruptura de la homogeneidad entre la causa y el efecto

Podría parecer que con esta nueva propuesta Anaximandro rompió uno de los rasgos que Tales había establecido como esenciales para la explicación de lo natural: el rechazo de la heterogeneidad de la causa y el efectoya que parece que con este misterioso ápeironabandona la elección de una sustancia física para explicar la naturaleza y apuesta por algo inmaterial y misterioso. Sin embargo, lejos de ello, Anaximandro siguió, sin extraviarse, la vía de la explicación de la naturaleza por medio de causas naturales tal como veremos de forma inequívoca en la lectura de los fragmentos.


El ápeiron además de material e indefinido es eterno

Tal como veremos en seguida, Anaximandro siguió las reglas del juego de la nueva ciencia y en su explicación del proceso de creación del cosmos mediante la separación y unión de los elementos, detalló una tercera característica de este elemento primario, afirmando que el ápeirones, además de indeterminado y material, eterno. Necesariamente, la negación de una creación a partir de la nada llevó a los filósofos griegos a postular la existencia eterna de los elementos.

Como resulta evidente, la aceptación de un elemento material indefinido y eterno a partir del cual surgen todos los demás elementos y, con ellos, el universo en su completitud era una posición totalmente antagónica al legado tradicional mitológico de su época y fue inmensamente problemática posteriormente para las religiones semíticas generando numerosas condenas tanto en el ámbito filosófico hebreo como cristiano e islámico. Antes de la creación, para las religiones de raíz abrahámica, no había nadamás que Dios y con él no convivía ningún tipo de materia a partir de la cual Él creara el mundo. Un cosmos transido de eternidad comenzó, a partir de Anaximandro, a caracterizar el pensamiento griego mostrando una de las razones por las cuales se generará una tensión de incompatibilidad entre ambos tipos de pensamiento.

La pluralidad de mundos

Pero si la introducción del ápeironno os parece suficiente, Anaximandro postuló también la cuestión de la pluralidad de los mundos o universos que existen de forma secuencial y no simultánea, sucediéndose separados por ciclos de conflagraciones. Un proceso dinámico, un movimiento que se mantiene eternamente agitando la materia indeterminada, produce por pura separación mecánica, la decantación de elementos que se acaban uniendo generando un universo. Cada universo tiene una configuración distinta, según el orden que ha adquirido la materia en él. Pasado un tiempo se descompone y retorna a un estado primario indefinido para volver a reiniciar el proceso.

No obstante, la mejor forma de maravillarnos con el pensamiento de Anaximandro será pasando a leer sus fragmentos porque, al contrario de lo que ocurría con Tales, autor del cual no conservamos nada original, de Anaximandro tenemos el primer texto de filosofía conocido.




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